La reciente sanción de la normativa del Banco Central de la República Argentina sobre los “Requisitos mínimos de gestión, implementación y control de los riesgos relacionados con tecnología informática, sistemas de información y recursos asociados para las entidades financieras” abre la posibilidad cierta a una verdadera Transformación en el modelo operativo y de negocio de las Entidades Financieras. La transformación que los servicios en la nube pueden producir es tan amplia que implican reformular profundamente antiguas prácticas, romper los silos y acelerar la innovación de forma notable y con alto impacto en la Industria. Entonces, ¿En la Nube o en la Tierra, es esa la cuestión?
Los servicios en la Nube traen aparejadas una serie de ventajas principales a saber:
§ Adopción y expansión más rápida
§ Pago por uso o pago en función del crecimiento
§ Mayor seguridad y resistencia
§ Eficiencia y Agilidad. Capacidad de reenfocarse en el negocio principal
§ Amplitud de acceso
§ Menos gasto de capital – cambio por gastos de operación (Capex a Opex)
§ Actualizaciones tecnológicas continuas
§ Poder de cómputo ilimitado para soportar análisis robustos
Siendo que estas ventajas tienen impacto directo sobre el desarrollo del negocio, ¿entonces cómo abordar la transformación? Sin dudas, este proceso transformacional implica un viaje y como tal, se trata de planificar, ejecutar y optimizar para sacar el máximo provecho posible. El primer paso es siempre definir la estrategia. Luego, se trata de construir lo que funcione mejor de acuerdo a las necesidades específicas de cada Entidad e integrando la tecnología con la agenda del negocio siendo éste y no otro, el factor clave de éxito para una transformación exitosa. Por años, la Industria ha sido partícipe de grandes proyectos de implementación tecnológica en donde se trabajó con una cara de la moneda (generalmente TI) y no las dos (es decir con el negocio) lo cual ha llevado a notables fracasos de implementación con el consecuente perjuicio económico para las Entidades.
La transformación de la operación “de la tierra a la nube” no está exenta de incertidumbres. Hay muchas preguntas con respuestas disímiles, o incluso, sin responder como ser:
– ¿Qué y cuándo queremos lograrlo con la Nube?
– ¿Cuál es el papel de la nube en la habilitación de la estrategia comercial y la estrategia tecnológica?
– ¿Cuáles son los beneficios financieros y no financieros de la Nube?
– ¿Cuáles son los principales desafíos que impiden la adopción y el uso de los servicios de la nube?
– ¿Qué tipo de servicios, aplicaciones y datos deberían trasladarse a la nube?
– ¿Cómo va a gobernar el uso de la nube en su organización?
– ¿Cómo podemos garantizar el cumplimiento regulatorio?
– ¿Cómo podemos asegurarnos de que el riesgo incremental introducido por la nube esté dentro de nuestro apetito de riesgo?, ¿y qué mecanismos se requieren para monitorearlo / gestionarlo?
– ¿Qué cambios se requerirán para la organización de TI (capacidades, procesos, etc.)?
– ¿Qué actividades / acciones se necesitan para gestionar eficazmente la adopción de la nube?
Dijimos antes que se trata de un viaje, y cuando se encara un viaje uno de los principales impulsores a la hora de su concreción es el costo o, dicho de otro modo, cuánto nos podremos ahorrar de acuerdo a cómo lo planifiquemos. Lo mismo ocurre con la adopción de la nube, uno de sus principales drivers es la promesa de ahorro de costos por lo que entender los costos de la nube es fundamental y se aborda al momento de planificar el viaje.
Sin embargo, la identificación de los costos y la comprensión de las diferentes categorías de costos de la nube no es una tarea sencilla por lo que debe ser abordada con cuidado. En este sentido, algunos aspectos importantes a tener en cuenta son:
Costos ocultos:
§ Muchas entidades carecen de procesos efectivos de TI que garanticen la transparencia y los sistemas que son esenciales para una comparación efectiva del sistema actual vs. la nube.
Modelo de CapEx a OpEx:
§ La nube aporta un cambio fundamental en el modelo de gasto de TI pasando de gasto de capital a gasto operativo.
Nuevas consideraciones de costo:
§ Los proveedores de servicios en la nube ofrecen diferentes modelos de costos y de precios múltiples.
Beneficios “Ocultos”:
§ La adopción de la nube proporciona beneficios como la agilidad del negocio y una mayor productividad que tiene un impacto directo en los resultados, aunque no siempre fáciles de cuantificar.
Las Entidades se están moviendo a la nube para impulsar múltiples resultados como por ejemplo el incremento de la agilidad, la mayor productividad del área de TI y en general y la mejora de la confianza en sus aplicaciones y el uso de las mismas. Por esta razón, también están equilibrando la inversión en recursos internos con el uso de un ecosistema externo buscando por ejemplo soluciones de software “end to end” que ofrezcan infraestructura, plataforma y software en un mismo paquete. O bien, identificando actividades no esenciales y pasar a un ecosistema de servicios gestionados de múltiples proveedores, o también, migrando cargas de trabajo tanto como sea posible a una nube pública/privada para aprovechar los activos, recursos y capacidades de terceros.
Una de las tendencias en TI más recientes es la de “todo como un servicio” que significa que las Entidades comiencen a pensar en sus productos y procesos como una colección de servicios. Esta nueva visión puede ayudar a optimizar las operaciones de TI, ahorrar costos y generar nuevas fuentes de ingresos. Para ello, la migración a la Nube es clave.
Entonces, ¿en la Nube o en la Tierra, es esa la cuestión? Pareciera ser que no. La cuestión fundamental a trabajar y resolver de forma más consistente y eficiente posible pasa por cómo mejorar la calidad de servicio al cliente y allí, la Nube tiene mucho para decir.